LAS ESCUELAS DE MÚSICA AMENAZADAS

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Obligadas a avanzar con falta de recursos
Los tiempos cambian y con ello la actividad social. Esto es uno de los grandes problemas a los que las escuelas de las bandas de música se enfrentan actualmente. La actitud social de un niño no es la misma que años atrás en las que se iba a la escuela de la banda a disfrutar del tiempo que sobraba después del colegio. Ese tiempo, actualmente está supervisado y sobrevalorado, controlado o más que organizado. Escasas horas en las que la sociedad actual exige demasiadas actividades para la formación completa de los más jóvenes.
El aprendizaje musical se ha de hacer un hueco entre las clases de idiomas, deportivas o cualquiera otra que nos parezca importante o necesaria. ¿Cómo hacemos que un arte tan completo como la música pueda ser igual de atractivo? .Ahí es donde las escuelas de las Bandas de Música han de intentar remodelarse buscando la fórmula de enseñar músicos enfocándolos a la misma vez a completar sus propias agrupaciones.
Otro problema que se le suma es el poder mantener activa la ilusión y la motivación con los instrumentos musicales necesarios y de los que todos huyen como los más voluminosos o los más aburridos hasta que se comprende que son tan importantes como el resto.
Aparecen así fórmulas atractivas como las clases de Jardín Musical, batucadas, danza, guitarra…opciones paralelas a lo que las Bandas de Música persiguen o necesitan.
A todo ello se le añade en un cierto momento los intensos ensayos que abarcan todas las edades. Cuando el niño llega a formar parte de la agrupación se da lugar a la interrelación en grupo con variedad de generaciones, trabajadores, universitarios, estudiantes… edades diversas en que el tiempo más libre para poder ensayar son los horarios nocturnos.

Las escuelas avanzan lenta y desordenadamente.
Las escuelas de música poco han avanzado o mejor se podría decir que no han podido por falta de recursos ya que para poder seguir adelante conlleva a exigencias legales en sus instalaciones, personal, profesores… un coste elevado que se excusa por parte de las instituciones con las subvenciones, las cuales no llegan a las expectativas que se les exige.
Las bandas de música son un sector maravilloso, pero para avanzar con los tiempos acordes a los que vivimos se ven obligadas a crecer demasiado deprisa y de forma desordenada. Para su gestión aparece la necesidad de profesionales de administración, gestores para poder llevar a cabo todo el desarrollo de forma legal y adecuada, ante ello se encuentran directivos en los que la mayoría están por afición y sin intereses creados, normalmente socios, simpatizantes, padres, madres…exentos de profesionalidad con la única intención de que todo funcione de la mejor forma posible. La gestión aumenta cuantas más agrupaciones interiores se forman (orquesta, grupos de cámara, coro…) transmitiéndose a la base principal: la escuela. Dando lugar a una estructura que crece de forma desordenada. A ello se le une el cambio continuo de las leyes que no dejan que el proyecto educativo se lleve a cabo con precisión.

Consellería te da cierta libertad, Federación te aconseja, te orienta… pero ante todos estos inconvenientes, el desarrollo es muy lento. Las escuelas han de tener bien claro lo que persiguen y de lo que dependen para llevar a cabo sus objetivos.
Pensemos en la triste realidad, la Comunidad Valenciana destaca en cuanto a las referencias de las bandas, pero existen demasiados factores para llegar a donde se desea, muchas gestionan muy bien el trabajo, siempre dentro de sus límites que en la gran mayoría de veces quedan escasos.

Las bandas de música ejercen tres proyectos
Se podría decir que las bandas de música tienen tres proyectos a donde llegar: cultural, educativo y social. El cultural sería la banda en sí, el educativo la escuela y el social todo lo que conforma el grupo humano (socios, directivos, actividades…)
Dentro del proyecto educativo que son las escuelas, se abre la opción de realizar todo tipo de música, es entonces cuando se desvía la formación hacia el cultural que es la banda en sí.
Entramos en el problema de los instrumentos, en aquellos que se deben de escoger… ahí surge el problema que las propias bandas tienen en sí y que el proyecto educativo les está exigiendo. Hay instrumentos que los niños no quieren por no ser atractivos (tubas, bombardinos, trompas…), prefieren el piano, la guitarra.. asignaturas como el jazz, las big bands… problema que se acentúa más en las ciudades, en las bandas de barrios, ya que por situación se tiene más elección, más diversidad de aprender música de formas muy variadas y atractivas para los niños que en las bandas de música.

Cada banda debería ser libre en sus proyectos educativos.
Tengamos en cuenta que una banda de música puede tener muchísimas actividades. La mayoría de las escuelas de música se basan en los objetivos y contenidos de los métodos de lenguaje musical de los conservatorios y realmente no debería ser ese el objetivo. Los alumnos vienen a las escuelas como aficionados, no con carácter profesional. El objetivo de las bandas es crear buenos músicos para que toquen en ellas.
Las bandas de música son entidades muy cambiantes, hoy tienes gente, mañana no…son demasiado flexibles y crecen tan deprisa que les falta gestión y coordinación. Se les exigen máximos contando con lo mínimo, un sector complicado con un sistema docente que lo complica todavía más. ¿Quién soportará tal presión?, quizás las que más recursos tengan.
Manoli Aracil

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