Tres directores con la Banda Municipal en As Praterías

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Tres directores abordarán el programa de la Banda Municipal en As Praterías- 19´30 h.- comenzando por Rafael Agulló Albors, quien abrirá sesión con el pasodoble Cielo azul de Pascual Marquina, en arreglo de Mateo Firmi. Un compositor que se relacionó con maestros como Pablo Luna, Celestino Roig y Cayo Vela, destacando en su catálogo por sus marchas, canciones, jotas y pasacalles. En el año 1914, se hizo cargo de la titularidad del Teatro de La Zarzuela y en el conjunto de su obra, cobran relieve las bandas militares, como “La toma del Gurugú”, pero en el ámbito de las canciones, dejará huella en grandes cantantes de su época, respondiendo a la demanda cotidiana con excelentes resultados. Es el caso de la mejicana Esperanza Iris- “Almas gemelas” o “Amor y olvido”-; Ofelia de Aragón- “Oro y caireles”-, además de las consagradas figuras que actualmente son recordadas, voces como las de La Goya, Pastora Imperio o Carmen Flores. Si hablásemos de pasodobles, nada como el universal “España cañí” o “Gitana del Albaicín”, es en definitiva el folklorismo un valor a tener en cuenta.

Carlos Suriñach, con la suite flamenca “Ritmo jondo”, en sus tres tiempos: “Bulerías”, “Saeta” y “Garrotín”, compositor barcelonés que haría carrera en los Estados Unidos, en donde acabaría sus días en Connecticut, en el otoño de 1997. Había realizado sus estudios con J.Caminals, en el Conservatorio de su ciudad, ampliando en composición con Enric Morera, para seguir en Alemania con H.Balzer (Düsseldorf) y en Berlín con M.Trapp disfrutando del beneficio de asistir a clases magistrales con el insigne Richard Strauss, en la Academia Prusiana, en los años 1941/2. Fue director de orquesta en el Teatre del Liceu, de Barcelona, poco antes de trasladase a Francia, entre los años 1947/51 y emigrar definitivamente a los Estados Unidos, en donde obtendría la nacionalidad americana. Fue profesor de composición en la Carnegie- Mellon University, de Pittsburgh, centro que acogió a Fernando Buide del Real.

Óscar Navarro, con la “Fantasía Española” (Hispania), virtuoso clarinetista y compositor, además de pedagogo, con estudios en el Conservatorio Óscar Esplá, de Alicante y en la “Allegro Int. Music Ac. de Valencia”, compartiendo labores con Ferrer Ferrán. Se especializó en trabajos para el cine y la televisión, gracias a sus estudios en la “South University of California”. Ganó el Harry Warren Endowed Scholarship Scoring for Motion Pictures and Tv Prize” y fruto de sus experiencias, son las grabaciones realizadas para importantes sellos como “Capitol”, “Paramount” o “”Warner”. Obras suyas fueron estrenadas por formaciones como la “Cleveland O.”, la “BBC P.O.” y la “Louisville O.”

Gerómino Giménez, con el intermedio de la zarzuela “Las bodas de Luís Alonso”, en arreglo Anton Aek, un genuino sainete del que destacó en especial ese intermedio, que comienza con una danza de corte español, en La m., sobre tresillos con los que destacan los típicos giros andalucistas y que pone el punto de arranque a la canción de El Vito, repetida en forte, antes de culminar con un bolero. El sainete del maestro Giménez, con las bazas a favor, conocería su estreno el 27 de febrero de 1896, en el Teatro de La Zarzuela, sobre un libreto cuya acción transcurre en Cádiz, en 1840, con un protagonista, Luís Alonso, un maestro de baile, de gran prestancia en la ciudad.

David Fiuza Souto, el segundo director, se decide con soltura y alegría por una Sinfonía sobre motivos de zarzuela, tomados en préstamo de Francisco Asenjo Barbieri, fuente inagotable en un músico de temprana vocación que sabría distanciarse de una posible carrera como ingeniero o médico y parte de ello, será responsabilidad de Pedro Albéniz, con quien estudiaría piano y de Ramón Carnicer o Baltasar Saldoni, en composición. La música teatral, como bien se sabe, era su afortunado destino, compaginada con los oficios de investigación musicológica. El Barbieri a lo grande en boca de todos los aficionados al género, el de “Gloria y peluca”, “Jugar con fuego”, “Pan y toros” y el especializado en esas labores que le harán grande entre los estudioso, por el “Cancionero musical de los siglos XV y XVI” o la “Música de la lengua castellana”, editada en 1892. Fue fundador de la Sociedad para la creación del Teatro de La Zarzuela, que se abriría el 10 de octubre de 1856.

Kees Vlad, compositor con piezas en atriles con nuestra Banda Municipal, tendrá la “Wald Sinfonie”, músico que destacó como trompetista, gracias al apoyo del entorno familiar, comenzando a buscarse un lugar destacado con la “Waterlands Fanfare Orchestra”, de Niuewendam (Holanda), siendo todavía un joven con talento. Los estudios contribuyeron a consolidar una fructífera carrera, en el Conservatorio de Amsterdam, gozando del magisterio de Jaap Callenbach y en trompeta, de Marinus Komst. La dirección, a la que se dedicará intensamente y con sobresalientes resultados, tendría como tutor a Kors Monster, en el Muzieklylyceum, de Amsterdam, confirmando posteriormente en la University of California-Berkeley, de San Francisco. Cultivó los géneros más diversos en su vida como intérprete, que ampliará con seguridad en el espacio creativo.

Antonio Lajara Ángel, tercer director, apunta a Amilcare Ponchielli- Sinfonía per Banda”-,, según arreglo de Franco Cesarini, un compositor al que necesariamente asociamos con “La Gioconda”, ópera en la tradición francesa de gran sentido de lo espectacular, por el despliegue de medios escénicos y vocales. Italiano de origen, estudió en el Conservatorio de Milán, en donde pronto destacó por sus habilidades, auspiciadas por su talante afable e ingenioso y ya su vida le llevará por los derroteros más impredecibles. Murió prematuramente a consecuencia de una gripe contraída tras asistir a una representación de su ópera por excelencia “La Gioconda”, en una gala ofrecida en la ciudad de Piacenza, después de un regreso de Milán. Esa ópera que continúa manteniéndose en cartel, y que despliega so grandiosidad a lo largo de cuatro actos, aprovechando el libreto de todo un especialista como era Arrigo Boito.

Boris Kozhevnikov (1906/ 85), con la “Sinfonía nº 3 (Slavyanska)”, en la edición de J.Bourgeois, compositor de Novgorov y con estudios en el Instituto Dramático y Musical de Kharkov, con Semyon Bogatyrov. A partir de 1940, ejercerá como profesor del Conservatorio de Moscú. La obra en concreto, la “Sinfonía nº 3” de 1958, se atiene al llamado realismo social y se desarrolla en cuatro tiempos, que mantienen tal patrón. El “Allegro decisvely”, muestra dos temas claramente contrastantes, partiendo de uno vivaz hacía otro más lírico y apacible. El “Tempo of a slow waltz”, resulta claramente un vals suave, que concluye con una coda adornada. El “Scherzo vivace”, se anuncia con un solo de piccolo, preparando la forma de rondó que continúa y así hasta el “Moderato yojeasly, una danza alegre con un exuberante final colorista.

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