Un bravíssimo «Flicorno» para Meaño

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Apoteosis en la final italiana en la que participaron 35 bandas europeas para el título internacional más importante en esta categoría

Meaño concurría al certamen dentro de «categoría superiori», que aunaba diez formaciones. Amén del premio que la organización dispensaba por cada categoría, se contemplaba como galardón añadido y más preciado del certamen, el «Flicorno D’Oro», que se otorgaba a la banda que obtuviera la puntuación más alta al total de las 35 concursantes en esta edición. 

El jurado, que emitía su fallo al filo de las 23 horas, otorgó el primer premio de la «categoría superiori» a la BUMM y, como colofón se hizo público el gran premio de la noche: el «Flicorno D’Oro», que viajaba así a Meaño al concederle la puntuación más alta del certamen, 96,88 puntos sobre un total de 100, por encima de los 94,88 de la húngara Bartok Concert Wind Band, y los 94,29 de la croata Pihalni Orkester SVEA de Zagorje. Unos 96,88 puntos que, históricamente, se considera la puntuación más alta de los 21 años del preciado certamen italiano. 

Nada más comunicarse en una sala abarrotada el fallo desató una auténtica marea verde -con las camisetas en ese color diseñadas para la BUMM- que, corriendo desde el patio de butacas, irrumpió en el escenario con una alegría desbordante. Mientras, el director Diego Javier Lorente se fundía en lágrimas al ver recompensado un trabajo de meses,e incluso de años en su dirección de la banda que asumía en octubre de 2013. 

El de la BUMM era un éxito humilde, sin parangón, protagonizado por una banda gallega amateur, de un municipio de 5.500 habitantes, que competía con bandas de ciudades consolidadas, algunas de ellas profesionales, y que concursaba en representación de nueve países europeos que, amén de tres bandas españolas y las italianas, procedían otras de Austria, Francia, Alemania, Bélgica, Eslovenia, Chequia y Croacia. Añadido además, la juventud de los instrumentistas meañeses que, junto con una banda francesa, llegaba con la media más joven de las formaciones concursantes. Una interpretación magistral de «Il Guidizio Universale» («El juicio universal») del italiano Camillo de Nardis -fijada por la organización-, además de «El jardín de Hera», de Suñer Oriola que encandiló por su extrema complejidad y sonoridad, y a la que luego felicitaciones de melómanos, músicos y hasta directores italianos con la alocución «bravíssimo».

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