25 años de la coral polifónica del Cantabile y el Santo Sepulcro de Córdoba

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Hace 25 años, la formación Santo Sepulcro de Córdoba recuperó la música vocal polifónica para ir con la Virgen del Desconsuelo y fue modelo para muchas en Andalucía.

Todo empezó, cuando la hermandad Santo Sepulcro preparaba la primera estación de penitencia de su Virgen, Nuestra Señora del Desconsuelo, donde los hermanos debatían sobre qué acompañamiento musical que sería más adecuado.

«Hubo quien pensó en una banda de música con marchas fúnebres, pero queríamos algo distinto», recuerda Francisco José Mellado, miembro de la Junta de Gobierno entonces. Entonces, el Santo Sepulcro buscó en lo antiguo las referencias para lo que hacía, y esta vez no fue una excepción: quisieron una coral polifónica para acompañar a la Virgen, que entonces era insólito.

Por primera vez, Nuestra Señora del Desconsuelo, acompañada por San Juan y Santa María Magdalena, salió en 1995 con una coral de Cádiz. Después quisieron una coral de Córdoba y buscaron en el conservatorio. Ahí apareció Cantabile, o más bien sus fundadores. José Antonio Moruno, antiguo director de la formación, cuenta que el fundador fue el profesor Juan Mario Moreno, que estuvo en Córdoba tres años y creó entre sus alumnos una formación que actuó en varios lugares.

La cofradía se puso en contacto con él y aceptaron un reto, el de cantar mientras se camina, que no todas las formaciones vocales asumen, y más con la necesaria coordinación de la música polifónica, entre hombres y mujeres. Aún así, en 1996, hace ahora 25 años, fueron en el Viernes Santo detrás de la Virgen del Desconsuelo como alumnos del conservatorio, que a partir del año siguiente, cobraban el nombre de Cantabile.

«En los primeros años eran piezas religiosas en general, pero luego se fue afinando el repertorio»

, dice, con obras que definieron su estilo: música desde el Renacimiento y Barroco hasta el siglo XX. A su vez, cabe destacar que sí estaba desde el primer momento una de las piezas emblemáticas de su Viernes Santo: el «Stabat Mater» de Zoltan Kodaly.

En 1998 el profesor Juan Mario Moreno se marchó de Córdoba y la coral, compuesta por casi adolescentes quedó algo huérfana. «Parecía que se iba a disolver, pero la cofradía, y sobre todo Álvaro Doctor, entonces hermano mayor, nos animó a continuar», recuerda José Antonio Moruno. Y siguió la coral.

«Así iban los pasos antes», contaban a los que preguntaban, y estaba documentado cómo los pasos de Cristo se acompañaban de cantantes interpretando el «Miserere» y con los de la Virgen sonaba el «Stabat Mater».

Acompañaron a una procesión de Baeza y allí la gente incluso les preguntaba sorprendidos que cómo es que detrás de un paso había cantantes, y no una banda. También fueron detrás del Señor de la Redención de Huelva el Domingo de Ramos. Y la chispa que habían encendido entre ellos y la cofradía del Santo Sepulcro prendió en otros lugares, empezando por Sevilla.

En los últimos años se han sumado la cofradía de la Vera-Cruz y el Señor de la Humildad y Paciencia de la Cena, que antes iban en silencio absoluto.

Para entonces también Cantabile evolucionó y enriqueció su repertorio con piezas de varias épocas, sobre todo antiguas, y ya más apropiadas al momento en que acompañaban a la cofradía.

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